Esta casa, un gran ejemplo de cómo acometer una reforma valiente y sin un gran presupuesto. Una casa normal para una pareja joven y con mucha confianza en nosotros. Nos dejaron hacer e hicimos sin gastar demasiado. No movimos ninguna pared, no levantamos el suelo ni cambiamos las ventanas pero sí, recurrimos a otros grandes apoyos de la reforma y la decoración.
En la cocina, colocamos un divertido papel de la prestigiosa casa Zoffany y diseñamos un comedor pequeño pero acorde con la modernidad de la cocina.
En el baño de invitados, el espejo y el color de la pared, echan el resto para decorar una estancia súper sencilla y desacomplejada.
El hall habla por sí sólo con ese tono azul de sus paredes, esa bombilla solitaria, el gran diseño del mítico equipo crónica en una de sus exhibiciones en la Barcelona de los ochenta y un sofacito recuperado de un trastero pero retapizado con un tercipelo vintage de la casa Pierre Frey.
El salón, pinta su techo con el mismo color que el hall, dando continuidad a la escena. Pero ya lo llenamos de piezas diversas y eclécticas; unas butacas de la casa rabiosamente moderna Menu, un espectacular baúl chino con policromía, un simpático sofá estilo chester tapizado con una divertida tela de Lelievre Paris.
El dormitorio principal, sin embargo, ha de recuperar la serenidad, la luz y la calidez. Terciopelos en una jugosa butaca de Freifrau, pelos tibetanos en los cojines, mesillas voladas lacadas al onmipresente azul, lámparas artesanales marroquíes…